Dan Bilzerian es un fenómeno dentro pero sobre todo fuera del tapete. "Mi mayor preocupación si alguien entra en mi casa, comenta en las redes, es que no sabría con qué arma dispararle". Además se confiesa amante del culto al cuerpo, sobre todo al suyo, por eso no duda en presumir de las sustancias que emplea para modelar musculitos. Es un enfermo del juego, de las armas, de los cochazos y sobre todo de las mujeres. En sus cuentas de Instagram y Twitter cuelga sus horas de deleite, sus minutos de amor y lujo pagados, su pasión por el exhibicionismo que encandila a una ristra de seguidores...